El diseño de Olive Guest House nace del deseo de conectar el proyecto con la Tierra y su entorno. Un espacio concebido exclusivamente para la degustación y el disfrute de un producto originario de la tierra, como el aceite de oliva, requiere una arquitectura profundamente arraigada en ella. Por eso nuestra ambición era involucrar los cinco sentidos en la experiencia. Queríamos crear un entorno en el que el olfato, el tacto, la vista, el oído y, sobre todo, el gusto, se potenciaran para disfrutar de este producto único de la forma más natural y atemporal posible, a la vez que conseguíamos un espacio innovador, moderno y respetuoso con el medio ambiente. 

El aceite de oliva evoca la Tierra, un verdor exuberante, un aroma único y la tranquilidad que transmite el árbol que lo produce. El olivo es símbolo de longevidad e inmortalidad. Representa la resistencia y la renovación, con la capacidad de soportar condiciones adversas. Además, significa prosperidad y fertilidad por su abundancia de flores y frutos, que simbolizan su capacidad para brotar y dar nueva vida. 

Queríamos que la arquitectura encarnara estas cualidades a través de materiales cuidadosamente elegidos y una conexión abierta y transparente entre el interior y el exterior, permitiendo que la naturaleza entrara en todos los espacios a través de patios en todo el proyecto. El resultado es una experiencia sensorial.